Lo primero de todo….
Antes de pensar en comprar un calzado laboral tenemos que tener claro para qué trabajo lo queremos, ya que no todos los zapatos laborales son adecuados para cualquier trabajo.
En la siguiente tabla, encontramos las diferentes especificaciones con las que la normativa Europea EN ISO 20345:2011 clasifica los diferentes calzados:
Los calzados más habituales son los que están indicados como S1P que tal y como se indica, llevan puntera y plantilla antiperforación. Estos zapatos son de tejido más transpirable y son los que se utilizarían en trabajos tipo:
– Logística y almacén
– Transporte (siempre y cuando no se trabaje con materiales afilados o cortantes)
– Obra y construcción
– Vigilante de seguridad, Etc.
– Sector servicios
Otro de los calzados más habituales, son los catalogados como S3, que además de llevar puntera y plantilla tienen resistencia a la impermeabilidad. Estos calzados, son de materiales más resistentes y además protegen de penetración y absorción de agua en la plantilla.
Estos zapatos, se utilizan en trabajos tipo:
– Transporte (cuando se trabaja con materiales más afilados o cortantes)
– Obra y construcción
– Repartidor (protege en caso de lluvia)
– Sector servicios
Especificaciones especiales…
También encontramos calzados con especificaciones adicionales para los trabajos que requieren requisitos adicionales para cumplir con la normativa:
Todo el calzado:
– P: Resistencia a la perforación
– A: Propiedades eléctricas: calzado antiestático
– CI: Resistencia a ambientes hostiles: aislamiento contra el frío complejo de la suela
– E: Tacón con absorción de energía
– WR: Impermeable
– M: Protección metatarsal
Parte superior:
– WRU: penetración y absorción de agua. Para trabajos tipo: lavadero de coches, limpieza en lugares húmedos, etc.
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Protección de la suela:
– FO: resistencia al fuel-oil
– HRO: Resistencia al contacto por calor
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¿Cómo elegir el calzado laboral más adecuado?
Todos los especialistas insisten en que una buena elección del calzado laboral es básica para desarrollar el trabajo cotidiano. Así se previenen enfermedades de los pies y también se evitan incómodas molestias durante la jornada. Además, en determinadas profesiones, es básico utilizar calzado de seguridad para minimizar riesgos de accidente. Pero, a la hora de escoger zapatos laborales, conviene tener en cuenta una serie de pautas.
Escogiendo el calzado laboral
Utilizar zapatos laborales inadecuados da lugar a problemas como metatarsalgias, juanetes, fascitis plantar o dedos en garra, por no mencionar laceraciones e incluso esguinces. Por ello, es muy importante elegir el calzado adecuado y, para ello, deben tenerse en cuenta los siguientes aspectos:
Zapatos confortables y que transpiren
El calzado de trabajo debe tener una suela gruesa, preferiblemente de goma. Esta permite más seguridad al andar y se evitan resbalones. Además, es muy recomendable que transpire, ya que de lo contrario la humedad acumulada en los pies puede producir hongos.
La medida adecuada
También es fundamental elegir la talla de zapato justa, ni más grande ni más pequeña. Los zapatos laborales tienen que ajustarse al pie respetando su ancho natural y sin comprimir los dedos. Igualmente, es recomendable que posea un contrafuerte y un cambrillón rígido. Se llama así a la lámina dura que va entre el tacón y el antepié cuya función es permitir la flexión del zapato y evitar torceduras. Por otra parte, conviene que la zona del talón tenga una escotadura que minimice el roce y que el tacón no tenga mucha altura. En este sentido, se recomienda que no supere los cuatro centímetros.
Especial cuidado con el calzado de seguridad
Los profesionales que necesiten zapatos de seguridad deben tener en cuenta algunos aspectos añadidos. Así, la puntera tiene que ser rígida y resistente, pero a la vez debe ser ligera para ayudar al movimiento. En este sentido, puede ser metálica o de plástico y, para trabajar en ambientes calorosos o donde haya riesgo eléctrico, es mejor esta última.
Así mismo, este calzado de seguridad debe reunir otros requisitos. Entre ellos, ser resistente al aplastamiento, al calor y a la electricidad. También contar con plantillas antiperforación y ser repelente al agua. E, igualmente, resistir los efectos de sustancias como hidrocarburos, aceites y otros agentes químicos. Justamente, la protección contra estas sustancias, la puntera rígida y la suela reforzada son las tres características que debe reunir todo zapato de seguridad en líneas generales. Luego, cada profesión necesita de otras cualidades más específicas.
En definitiva, son muchas las horas que se pasan trabajando y, tanto para la salud de los pies como por seguridad, es necesario contar con un calzado adecuado. De no tenerlo, no solo se sufrirán problemas en las extremidades inferiores, sino también se estará incómodo desempeñando el trabajo. Y ello puede resultar una verdadera tortura. Por tanto, es imprescindible escoger bien el calzado laboral, algo fácil si se siguen los consejos que hemos indicado.
